lunes, 3 de noviembre de 2008

Black Rebel Motorcycle Club


I fell in love with the sweet sensation
I gave my heart to a simple chord
I gave my soul to a new religion
Whatever happened to you?
Whatever happened to our rock'n'roll?
Whatever happened to my rock'n'roll?

Hace unos años conocí a Black Rebel Motorcycle Club, y no logro cansarme de oírlos. Cuando supe que venían para Rock al Parque pegué un brinco de la emoción, porque es un grupo que no mucha gente conoce aún en nuestro país y nunca aspiraba a verlos en vivo, pero así son las cosas y me preparé concienzudamente para ir a su encuentro. Aún así, no sabía qué esperar cuando por fin los anunciaron en la tarima del Simón Bolívar.

Gracias a la reciente aparición de Vh1 en nuestras vidas ahora el rock es como una especie de religión. No importa qué tan aburrida sea tu vida, o qué tan malo sea tu grupo, lo importante es rockear, sin que importe cómo lo haces: a veces es la ropa, a veces la actitud, incluso la capacidad de pararte a hacer el oso. Las menos de las veces es la música, si bien se supone que Juanes es rock y Maná también. Anoche efectivamente pusieron a prueba nuestra fe, pues tuvimos que esperar bajo un aguacero tremendo a que por fin nos anunciaran la llegada de esta banda de California, y valió cada segundo de esa espera, porque creo que supieron darnos una lección de lo que significa rockear.

El planteamiento inicial de BRMC es simple: no se separan del rock clásico, todo lo contrario (usan amplificadores de tubos), pero todavía hay más. Sobre ese esquema básico montan una propuesta sonora imposible de definir (en Wikipedia los clasifican en 8 géneros distintos), mezclando elementos del rock puro de garaje con momentos sicodélicos, llegando incluso a ese sonido heroinómano post punk que a veces nos hace tan bien escuchar. Hay gente que desearía que todos los grupos de Rock al Parque fueran metal, o nuevo metal; hay gente que solamente baila cuando sabe quién canta, pero la gran mayoría de los que nos quedamos fuimos cautivados, así muchos no los hubieran oído en su vida.

¿Querían rock? ¿Querían ritmos contundentes y letras sencillas? ¿Querían pintas de rockero? ¿Querían actitud? Todo eso pasó frente a nuestros ojos anoche; se pararon a hacer lo suyo, sin mayores pretensiones, sin discursos y sin poses: solo rock, porque así se hace. Lo demás fue sencillo: quedar boquiabierto, saltar bajo la lluvia, mover la cabeza agitar los brazos y gritar, para devolverme a mi casa ronco, completamente empapado y completamente satisfecho, seguro de haber visto uno de los mejores conciertos que nos han dado y deseando en el fondo de mi alma que sigan trayendo grupos así para que nos sigan dando las lecciones que tanta falta nos hacen.

(Este artículo aparece también dentro del cubrimiento de Rock al Parque hecho por Zona Girante http://www.zonagirante.com/ )

Santiago Rivas

No hay comentarios: