miércoles, 10 de junio de 2009

El "Indie" parte II: Cartografía del independentismo


Antes de arrancar hay una aclaración pertinente para hacer, y es decir una vez más que los grupos que inicialmente fueron denominados indie fueron los grupos que firmaban con disqueras independientes, pero que este mapa que pienso hacer es el de eso que la gente entiende como el sonido indie. He decidido tratar el tema como si el indie fuera un país con 4 fronteras, para tratar de hacerme más fácil este trance cartográfico (imagen 1). A saber:

Por un lado, el indie es vecino del brit pop. No solamente por sonido, también por la historia (el Brit pop como lo conocemos nació en las islas británicas, y también el indie, que es en realidad una respuesta en estrategias de mercado a lo mainstream dentro de las estrategias del mercado discográfico británico). Así, de paso es vecino de nuestros compatriotas de The hall effect y The mills, que esperan ansiosamente un guiño de su Graciosa Majestad Isabel II para irse a vivir a orillas del Támesis. En cuestiones de sonido todas las facetas de uno se encuentran reflejados en una faceta del otro. De esa manera, si Blur fuera menos pop podría alcanzar estados de indie y si Coldplay fuera menos aburrido posiblemente sería indie también.


Por otro lado, el indie colinda con el folk. Con la ola de artistas que nos llegaron de afuera revivimos también el sonido de personas que no habían (o han) muerto literal ni musicalmente, refiriéndome con eso a Leonard Cohen o incluso a Johnny Cash, que alcanzó a darle a esta tendencia un empujón de su parte antes de morir, haciendo un disco de covers maravillosos, que bien podrían pasar por indie, si bien los covers hechos por artistas de este género suelen ser tristones y limpios de sonido, sin muchos arreglos electrónicos, como pasa con los excelentes covers que Ben Gibbard (la cabeza detrás de Death cab for cutie y The Postal Service en la imagen 3) suele hacer; no sé si exista un disco con grabaciones hechas en estudio, pero recomiendo conseguirse las grabaciones de la emisora KCRW. Gracias al regusto vintage que tiene el género que hoy nos ocupa, rescatamos de plano a gente como Chris Isaac, o Edwin Collins. El mayor beneficiado con los productos de esta región del indie fue José González, que desde Suecia, e inspirado en parte por Silvio Rodríguez (este dato se lo debo a Javier Beltrán), logró una serie de covers tristes a morir, muy buenos y algunas canciones realmente buenas dentro de toda su producción. No se niega que es un músico talentoso, pero al cabo de un tiempo se puede volver aburrido, o forzadamente triste. Para estos casos siempre es mejor recurrir al verdadero folk, como Andrew Bird, Mica P. Hinson o Iron and Wine (imagen 2), que son dos cantantes excepcionales y una excelente banda. Si no les llega a gustar, Leonard Cohen viene haciendo maravillas desde el sesentaypico. Sin ir más lejos, por esta frontera se puede llegar incluso a grupos como Beirut, que ya es de otra nación, pero que nace en parte (a oído) del indie y el folk más puros.

La tercera frontera es aquella que colinda con el sonido que comprende géneros como el New new wave, el nuevo punk rock y el sonido de Nueva York, una amplia frontera que va por todo el atlántico, desde los Strokes, Metric, The Kills (Imagen 4) y The bravery hasta los Kaiser Chiefs, incluso hasta The Sounds, en las frías tierras de Suecia. Este tipo de música sonó como nunca en las fiestas New Wave que si no estoy mal introdujo Champi (la cabeza detrás de Verde 3) en Bogotá y que todavía existen por ahí. En los bares en donde se hacían se fueron transformando las fiestas de New wave y post punk en ochentenas (unidas estas a las fiestas ochentenas ya existentes), porque la gente tiende a pensar ahora que Samantha Fox y The Cure pertenecen al mismo género, el género de los Ochenta.


La cuarta frontera colinda con la tierra de las mujeres. Ahora más que nunca existen voces femeninas suficientes para crear un género nuevo, todas ellas herederas de Tori Amos, Fiona Apple, Björk, PJ Harvey y Sinead O’Connor, por mencionar algunas. Todas ellas cantan suavecito y tocan guitarra, o piano. Tal vez la voz femenina más ruda de entre las cantantes que rondan los aires indie sea la de Amanda Palmer, vocalista del dúo The Dresden Dolls. Podemos encontrarnos directo con Regina Spektor, una rusa residente en Estados Unidos de una claridad impresionante tanto en su composición como en su interpretación, que pasa de lo naive a lo dramático en dos segundos y a quien comparan – muy a su pesar - con Fiona Apple. Podemos encontrar también a Cat Power con su música famélica (imagen 5), a Feist, que es una de mis favoritas por lo sincero de su voz, que a veces parece que se va a quedar sin potencia, o podemos encontrar a Kate Nash, Laura Veirs, Zooie Deschanel, a la cantante de Rilo Kiley, Russian Red o a Jaymay y así y así, a una infinidad de intérpretes, entre las cuales incluso se encuentra Lucrecia, nuestra cuota nacional con su The Sound of Lucrecia, que ya suena – y espero que triunfe – extramuros, en países que entiendan mejor de estas cuestiones.


Para finalizar este artículo, que espero hayan disfrutado, debo declarar que el sonido indie como tal no existe, lo que existe es una serie de grupos (momento de más recomendaciones) como Tokyo Police Club (imagen 6), Foals, Cold War Kids, Black Heart Procession, The National y Menomena (imagen 7), todos ellos dueños de sonidos únicos, genuinos y originales que de ser clasificados en algún género, sería en éste. El indie se convirtió en un cliché de nuestra vida musical y muy pocas veces se entiende en realidad de qué se trata, pero pasadas esas barreras inocuas del lenguaje y los moldes que creamos para contenerlo, podemos encontrar grandes propuestas sonoras que algún día desistiremos de agrupar bajo categorías que lo que normalmente causan es confusión. Por otro lado, ¿Qué mejor que lograr que todas las nuevas propuestas que valen la pena en nuestra escena musical, o la del mundo entero lleguen algún día a funcionar como independientes y sobrevivan en el intento? El mercado es un ente que se inventa todos los días y siempre necesitamos propuestas nuevas.

Santiago Rivas

5 comentarios:

insantidad dijo...

me gustó mucho tu artículo, escribes muy bonito...

Liliana O. dijo...

eeeeee que bueno! me respondes de frente preguntas que otros evaden. muy bien querido

El Wolman dijo...

jajajajaja gracias don Marín y pues Lilo querida, me alegra que este blog cumpla con su cometido de informar al contribuyente sobre las cosas que se oyen y las pendejadas que se dicen... un abrazo a ambos juntos dos

Anónimo dijo...

jajajajaja Dimi,el indi es entonces lo que el "rock alternativo" alguna vez lo fue... una mezcla de tantas cosas que de alguna manera tenían la necesidad de segmentarlo, y pues todos tenian en común cosas del rock entonces... pues hmmm ROCK ALTERNATIVO! jajaja lo mismo pasa con el indi?

Dimitri Carpaccio

insomnios dijo...

No, Dimitri, esa respuesta la doy en el post anterior, la introducción